19 May Crónica Ironcat 2018: ¡sub10h de nuevo!
Por segundo año consecutivo me había inscrito al Ironcat: el triatlón de larga distancia más antiguo de la península, el de casa y donde se respira triatlón en estado puro por todas partes, lejos de grandes marcas y espectaculares demostraciones de márquetin. La edición de este año, la 14ª, era mi segunda consecutiva y me propuse el reto de mejorar mi marca, o si la meteo (viento) no acompañaba, mejorar la posición absoluta en la clasificación final. El pasado año conseguí terminarlo en 9h48′ y en la 18ª posición de la general, un gran resultado, así que el reto del 2018 era considerable, motivo por el cual hice unos cuantos cambios de material (bicicleta y neopreno, principalmente) que creía que me ayudarían a conseguirlo y, además, Ivet había incidido en mis puntos débiles durante los entrenamientos: la T2 y la carrera a pie. Un factor que añadía motivación extra fue que iba con muchas ganas debido al DNF que tuve en el Triatló de Terres de l’Ebre sucedido solo cuatro semanas antes, donde no pude correr debido a unos problemas con el sillín y los settings de la bicicleta. Cambié el sillín por un Bontrager Hilo y visité mi biomecánico de confianza con lo que en un principio todo debería estar solucionado. Lo sabríamos pasado el km70. Por último, otro factor diferent al pasado año, fue que Ivet se inscribió a la prueba, ya que después de ganar en Terres de l’Ebre, se vio en una forma suficiente como para intentar ganar también en el Ironcat. Competir con tu pareja en un triatlón distancia Ironman no es una experiencia que todo el mundo tenga al abasto y menos aún si ella tiene opciones de ganarlo. Días antes ya estuvimos controlando que la meteo nos sería favorable y que podría ser un buen año para batir las 9h 48′ del 2017.
NATACIÓN (1h 00′ 50” / +5′ 02” 2017):
Como el pasado año, la prueba empezaba en la Platja de l’Arquitecte, a les 7 en punto. Tuve una semana muy buena de nervios, controlándolos en todo momento para evitar estimularlos en exceso y pagar el desgaste durante la carrera a pie, mi punto débil. A 5′ de comenzar, cuando ya teníamos el neopreno, gorro y gafas puestas, este estado zen cambió radicalmente para ponerme en modo competición. Con Ivet y Quique, nos pusimos en primera fila y mientras nos terminaban de explicar el recorrido, yo iba repasando las horas y horas de entrenamiento en el agua de este año: una media de 10300 metros semanales, solo de agua, unas 4-5 sesiones. Para este sector tenía muchas esperanzas depositadas, pues había entrenado mucho y los tiempos habían mejorado significativamente. Pues bien, sin tiempo para más, nos dan el inicio de la prueba con la clásica bocina y de repente ya me encuentro hundido en el agua e intentando hacerme un hueco entre todos los triatletas. Comienza la primera de las 3 vueltas y veo que a la izquierda tengo a Ivet luchando también y delante unos cuantos otros nadadores que nos taponan el avance. Hasta la primera de las boyas sigo a pies del de delante, que ahora ha formado una línea en paralelo y mirando más allá veo a uno que empieza a destacarse solo (Robert Mayoral). La segunda y tercera boya las pasamos cada vez más estirados y cuando estamos encarando la cuarta para cerrar la primera vuelta, adelanto los que me estaban dando pies hasta ahora y pruebo de nadar sin nadie delante. Lo hago cómodamente y en paralelo con Ivet, empezamos a tirar nosotros del grupo, sin nadie delante y a un ritmo bastante alegre. Mayoral está ya a unos 150 metros y es inalcanzable así que la única cosa que podemos hacer es marcar nosotros el ritmo. Antes de cerrar la primera vuelta, veo que Ivet se pone a pies míos y ya no la volveré a ver hasta la primera transición. Lo que queda del sector de natación me dedico a nadar fuerte pero controlando de no pasar de zona 4, sabiendo que a Ivet necesitaba velocidad para cogerle tiempo a la segunda, una muy buena corredora, y a disfrutar de la increíble experiencia de estar en una segunda posición de un triatlón LD y liderando el grupo perseguidor a pocos metros del primero.
A vuelta y media del final, en un giro en una boya, veo que el grupo de atrás se ha partido y que Ivet, como mínimo, me sigue. Encaramos el espigón, le damos media vuelta y a unos 300m de la rampa de la salida del mar, aprieto un poco más por si algún perseguidor descansado que ha ido a pies todo el rato decide robarme la cartera a última hora y quitarme la gloria de terminar segundo en el sector de natación. No es el caso y solo salir del agua, oigo los gritos de ánimo de Òscar, Joan Ramon y mis padres y mientras corro, me quito el neorpeno, miro el reloj para saber el tiempo que había marcado nadando y entro en la T1. Veo que hemos hecho poco más de 1 hora y me doy cuenta que será casi imposible superar el tiempo del año pasado. Seguro que han salido más metros este año (400m de más, concretamente)… ¡he nadado más rápido que nunca!
CICLISMO (5h 00′ 05” / -5′ 23” 2017)
Completo la T1 en 1’28”, la 7ª más rápida de la competición. Antes de salir de box, me cruzo con Ivet que estaba terminando de prepararse, salgo segundo de la T1 y comienzo el sector de ciclismo. Con Ivet, acordamos de hacer la 1ª y la 6ª vuelta a 225w y si podía, el resto de vueltas a 230w para terminar con unos 227-228wNP globales. La primera vuelta a 225wNP serviría para calentar y la última para aflojar el ritmo y así conservar las piernas para la maratón. Además, me motivaba bajar de las 5h pero sabía que iría de muy poco y no quería apretar más de la cuenta para no perjudicar mi delicada musculatura en el cambio de bicicleta a carrera a pie. Los primeros 10k los disfruté muchísimo ya que no tenía absolutamente a nadie delante: Mayoral era un poco más rápido que yo en estos primeros kilómetros y tenía toda la carretera disponible para mí, con los voluntarios preparados, los Mossos cortando las carreteras y el avituallamiento esperando a que pasara el segundo. Pero también sabía que aquella situación era circunstancial y estaba esperando el momento que los grandes ciclistas me adelantarían. A partir del km10 empezaron a llegar las locomotora: Quique primero (que terminaría segundo de la general!), Albert Jiménez después (primero de la general) y compañía, los cuales me relegaron a la 8ª posición de la general al terminar el sector de ciclismo, y que lo terminé cumpliendo los 228wNP, tal y como queríamos. Se repartieron en 229wNP la 1ª volta, 232wNP la 2ª, 233wNP la 3ª, 231wNP la 4ª, 226wNP la 5ª i 217wNP la 6ª. En estas dos últimas, empezaba a estar fatigado, entraba un poco de viento (me cuenta más dar potencia) y quería tener la sensación que realmente había aflojado respecto las otras vueltas. Finalmente cerré el sector de ciclismo en 4h 58′ 02” aunque oficialmente queda en 5h 00′ 05” por la suma de las dos transiciones. Ni rastro de los problemas con el sillín.
CARRERA A PIE (3h 56′ 33” / +9′ 27”)
Completé la T2 perfectamente y como el año pasado, volví a ser el más rápido de todos los participantes haciéndola en 35”. En el momento de cruzar el sensor que cierra la T2 y empieza la carrera a pie, me encontraba prácticamente en el mismo tiempo que el año anterior, exactamente a 21″ por delante y 8º de la general. La duda más grande para este año y gran responsable de mi resultado final volvía a ser como reaccionaria mi musculatura en el cambio de ciclismo a correr, ya que siempre he sufrido de rampas (excepto en el half de la Ballena Alegre del 2017, todavía no sabemos los motivos) y por eso decidimos aflojar una poco en el ciclismo para conservar piernas para completar este sector de la forma más rápida posible. Quedamos con Ivet intentar hacer la maratón a 4’50”/km, saliendo más rápido al principio ya que sabíamos que la fatiga aparecería tarde o temprano y ritmo decrecería. Pero mi caso es muy diferente ya que las rampas aparecen solo bajar de la bicicleta y me incapacitan para correr, obligándome a parar para estirar ya que ni tan solo puedo caminar. Pues bien, confiado puesto que durante el sector de ciclismo no tuve ningún aviso grave, empecé bastante bien durante los primeros 500 metros a un ritmo de 4’35”/km.
Pero rápidamente vi que aquello por lo que tanto había entrenado para evitar, me volvía a castigar y me obligaba a perder 6′ en el primer kilómetro y medio de la maratón; un mal presagio para lo que vendría a continuación. A partir de entonces, con mucho dolor en los vastos internos de las dos piernas, pude correr 17km más a un ritmo de 5’/km constantes y sin pararme, pero en el km19 aproximadamente, tuve que parar de nuevo (y muchas más hasta el final) para poder estirar los cuádriceps ya que de manera natural el músculo no relajaba la contracción; el dolor era bastante agudo y me incapacitaba para andar. Hasta el final de la prueba fue una lucha mental-muscular que solo tenía puntos de luz cuando me cruzaba con Ivet, familia, conocidos y amigos que me obligaban a sonreír, ¡fue durísimo! Hasta el final de la prueba fue la misma historia: correr-caminar-parar-estirar-correr, procurando perder el menor tiempo posible. Poco a poco se acercaba Ivet, quien antes de empezar la maratón iba 20′ por detrás mío pero que ya me había recortado 10′, como mínimo. Ella iba camino de su trabajadísima victoria aguantando la presión de su rival, quien la hizo sufrir mucho, aun así mientras corríamos la maratón, me engañaba sonriéndome como si no lo estuviera pasando fatal, todo por animarme; es enorme. Finalmente, crucé la línea de meta en 9h 57′ 24”, la 21ª posición de la general, 9 minutos más que el año pasado. ¡El segundo sub10h y además consecutivo!
CONCLUSIONES FINALES
El objetivo de mejorar la marca personal o la posición en la general no ha sido cumplido aun así ha habido otros objetivos que sin ser tan grandes, sí lo han sido. Poco a poco publicaré algunas entradas donde analizaré de manera más técnica la natación, el ciclismo y la carrera a pie, pero antes quiero repasar cada uno de los tres sectores según los objetivos que me propuse al terminar el Ironcat 2017:
- Natación: el pasado año terminé muy contento de mi 7ª posición y me conformaba en mantener ese nivel. No tan solo lo he conseguido mantener, si no que lo he mejorado y mucho. Lástima de los metros extras que salieron por que penalizaron unos 7′ que me hubieran ido muy bien para acercarme un poco más a la marca del 2017. Para las que vengan, me vuelvo a proponer mantener la competitividad y ya puestos a pedir, seguir mejorando: no quiero ni pensar qué se puede sentir al liderar una prueba!
- Ciclismo: en la crónica del pasado año también escribí que bajar de las 5h en este sector de 180kms era un hito muy bonito de lograr. El cambio de bicicleta, el mantenimiento mecánico, el entrenamiento un año más para LD y la mejor meteo han ayudado a conseguirlo. Para Ironcat 2019 entrenaré más fuerte para rebajar 5 minutos más y así no habrá dudas… quiero un 4h 55′ en lugar de un 5h 00′ 05”. ¿He escrito Ironcat 2019?? ¡OMG!!
- Carrera a pie: Esta es sin duda la gran asignatura pendiente que no consigo aprobar. Paciencia, perseverancia y perspectiva. Seguir entrenando este punto débil una vez tras otra, creer en la estrategia y poner en relieve la clara mejora que he tenido en el transcurso del tiempo. Solo así podré aspirar a hacer una carrera a pie que esté al nivel de los otros dos sectores. Seguiremos investigando, probando, entrenando y compitiendo para encontrar la solución a este inconveniente que me impide ser igual de rápido que entrenando y que me aparta de luchar por un top10 de esta prueba.
- Transiciones: En 2017 decidí cambiar de neopreno para ganar velocidad en la T1 y lo conseguí, pero los 27” recortados no solo vienen del cambio de neopreno, así que también he perfeccionado la técnica respecto el año anterior. En la T2, el año pasado dije que ya no era mejorable y este año la hice 13” más rápido. Seguir igual de rápido es el objetivo y quizá algún ajuste en las zapatillas me ayudaría para afinar la T1.
AGRADECIMIENTOS eternos a todos aquellos que vinisteis hasta la Ampolla para dedicarme un solo grito de ánimo: familia, amigos, conocidos, saludados, parejas de los competían y gente anónima. más agradecimientos a mis padres por las maravillosas imágenes que acompañan a este escrito y por el soporte logístico y moral durante todo el fin de semana. Para Jordi por bajar expresamente el mismo día desde Sant Feliu a pesar las circunstancias personales. Para Lurdes y Jaume; JR y Òscar por el avituallamiento en la bici, para los compañeros de entrenamiento “DiR Swimmers” (piscina), los “Power Van Rangers Team” (bici), los compañeros de la Unió Ciclista Sant Cugat, pupilos, y tantas y tantas personas que me habéis dedicado un solo instante. Gracias a todos vosotros, de verdad. Por supuesto, “the last but not the least”: gracias en mayúsculas a mi amiga inseparable, compañera de viaje, gran entrenadora, deportista excepcional y amor eterno. GRACIAS!
Crónica Ironcat 2017
Crónica Ironcat 2019