24 Mar Guía para escoger un rodillo
¿Qué es y para qué sirve un rodillo?
Simple y llanamente, un rodillo de ciclismo es un accesorio que se instala en la bicicleta y que se usa de manera estática para emular que el ciclista está rodando por la carretera. El funcionamiento del rodillo depende del tipo del mismo, que explicaremos a continuación, pero el objetivo es exactamente el mismo en todos ellos.
Definido lo que es un rodillo, se puede explicar brevemente para qué sirve y cómo se le puede sacar el máximo partido a dicho accesorio.
Entrenamientos específicos
Tanto si se entrena con la frecuencia cardíaca (FC) como si se hace por potencia, los rodillos permiten al ciclista tener un entorno casi inalterable, que le permite focalizar toda su atención al entrenamiento que vaya a realizar. Solo tiene que preocuparse de apretar fuerte el pedal y olvidarse del resto.
Optimización del tiempo
Del mismo modo que con el rodillo se pueden hacer entrenamientos específicos muy ajustados a las necesidades puntuales del ciclista, con él también se podrá aprovechar el tiempo de entrenamiento al máximo. Los ciclistas suelen salir a entrenar durante muchas horas, pero en pocas ocasiones se pasan el 100% del tiempo dándole a los pedales. Con el rodillo sí, y es por ello que todo el tiempo que se pedalea, se aprovecha hasta el último segundo pudiendo reducir (si es necesario) el tiempo total de entrenamiento.
Entretenimiento
Con los rodillos interactivos (smart trainers), que les dedicaremos unas cuantas líneas más adelante, aparecieron las plataformas de entretenimiento. Por ahora, las que se llevan la palma son Bkool, Zwift y Sufferfest. En realidad son videojuegos que el ciclista que está montado en el rodillo protagoniza en un mundo donde solo existen otros ciclistas entrenando (y runners) de todo el mundo.
Estas plataformas se conectan al rodillo y a los sensores que cada ciclista tenga instalados en la bicicleta mediante ANT+ o Bluetooth (BT), y leen las métricas (potencia, cadencia, velocidad y FC) para darle velocidad a un personaje. No entraremos al fondo del asunto, pero como no, podremos personalizar nuestro ciclista virtual, competir contra otros corredores, ganar premios virtuales y muchas otras características que pueden abonar la adicción al rodillo.
Horarios sin luz solar
Pocos se atreven a salir a entrenar de noche, muy pocos, pero en época invernal un rodillo permitirá al ciclista entrenar cuando ya no quede luz solar para iluminar la carretera o camino, que fuera del horario laboral de la mayoría, es casi siempre.
Meteorología y peligros varios
Lógicamente, en casa o en el lugar donde instalemos el rodillo, se evitan los extremos de la meteorología: frío, calor, viento, lluvia, niebla, etc. que se sufren cuando se entrena en el exterior. No obstante, se deberá acompañar la sesión con un ventilador y toallas para secarse el sudor y evitar empapar la bicicleta.
Por otro lado, entrenando con el rodillo también se evitan los peligros evidentes de rodar en el exterior compartiendo espacio con vehículos a motor. También se evita la contaminación, la pintura del suelo, los baches, el mal asfalto, los momentos peligrosos con la grupeta, los pinchazos y otras situaciones indeseadas.
¿Qué tipos de rodillo existen?
Se podrían clasificar los rodillos por diferentes características de los mismos: precio, forma, interactivos o no, silenciosos, etc. Quizá la más actual sea la interacción que tienen con las distintas plataformas anteriormente citadas, pero quizá es una clasificación demasiado genérica.
Que un rodillo sea interactivo, significa que es capaz de adaptar la resistencia mediante instrucciones electrónicas provinientes de las plataformas interactivas o del reloj de ciclismo y también que lleva integrados tres sensores: el de potencia, el de cadencia y el de velocidad. La mayoría de estos rodillos incorporan el modo Erg, que permite al rodillo adaptar la resistencia automáticamente, característica muy potente que te explicamos en esta entrada.
Si se dispone de un rodillo no interactivo, siempre se podrán añadir los sensores mencionados a la bicicleta, así también servirán para cuando se desinstale el rodillo y se pedalee en el exterior, pero no se podrá interaccionar con las plataformas de entretenimiento ni con los relojes para adaptar la resistencia con el modo Erg.
Así pues, clasificaremos los rodillos por el modo que estos interactúan con la bicicleta, como contactan con ella.
Rodillo de rulos (roller trainer)
La bicicleta se coloca encima del rodillo y sin fijarse a ningún elemento, el ciclista debe pedalear manteniendo el equilibrio mientras la rueda trasera obliga a girar los dos rulos posteriores. Estos rulos posteriores, suelen tener una correa de transmisión para llevar el giro al rulo delantero y así obligar a la rueda delantera a girar también.
Es el rodillo que existe desde hace más tiempo y el que usaban los ciclistas profesionales para calentar antes de una etapa o para hacer una sesión regenerativa después de ella.
Son los más económicos, ligeros, plegables, fáciles de transportar, simulan estupendamente un rodaje en carretera, obligan al ciclista a trabajar el equilibrio y ahora también miden la potencia y son interactivos (gama alta). No obstante, para realizar entrenamientos específicos no son los más adecuados, ya que ofrecen poca resistencia y requieren un plus de concentración para mantener el equilibrio.
Rodillo de resistencia
Una vez instalado el rodillo, la bicicleta queda sujeta mediante el eje de la rueda trasera y esta, queda apoyada en un cilindro rígido giratorio que ofrece resistencia. El material del cilindro depende de cada fabricante y será el mayor responsable del desgaste de la cubierta.
Son los rodillos más usados hasta la fecha y los que propiciaron el uso masivo del rodillo en los hogares. Del modo que el rodillo ofrece la resistencia, es otra característica que define estos rodillos: por aire (ventilador), magnética (con imanes) o de fluido (con aceite o gel). Dependiendo del tipo de resistencia, el rodillo será más o menos ruidoso y/o económico. Otra característica de la resistencia es cómo esta se ofrece: resistencia constante o resistencia variable y, dentro de la variable: manual o autoadaptable.
También los hay interactivos y con medidor de potencia que encarecen el modelo, o los clásicos sin estas características.
Rodillo de transmisión directa (direct drive)
Los rodillos de transmisión directa, o direct drive, interactúan con la bicicleta sin la rueda trasera instalada. De hecho, el rodillo simula una rueda trasera estática, y por ello, debe tener una piñonera instalada de las mismas características que la que lleva la rueda trasera. El mismo rodillo dispone de unas patas que mantienen el equilibrio.
Sin duda son los más caros del mercado pero también los más completos en características y los que cumplen con todas las necesidades de cualquier ciclista que entrene en casa. A día de hoy, todos ellos disponen de potenciómetro, sensor de cadencia y de velocidad y conexiones BT y ANT+ para poderlo conectar a las plataformas de entretenimiento y relojes de entrenamiento.
La resistencia es electrónica y gracias a los volantes de inercia cada vez más grandes, ofrecen un realismo espectacular. Además, al ser interactivo, una vez conectado debidamente, las plataformas de entretenimiento son capaces de adaptar la resistencia según la inclinación del terreno virtual.
¿Cómo escoger el rodillo?
Con todas estas características en mente, te listamos las prioridades que creemos que deberías tener en cuenta antes de escoger un rodillo, por orden de mayor a menor importancia.
Presupuesto
Los precios de los rodillos abarcan desde los 80€ para los más básicos hasta los 1300€ para los más completos. Es por eso que es muy importante que sepas cual es el límite de tu presupuesto. Ten en cuenta que para empezar a usar algunos rodillos puede que falte añadir otros gastos, como por ejemplo, una piñonera en algunos rodillos direct drive, o una cubierta sin tacos si quieres usar un rodillo de resistencia en una BTT o un soporte para la rueda delantera, o una alfombrilla para poder cubrir el suelo de tu casa.
Tipo de bicicleta a usar
Sin duda, el ruido es una de las características que más preocupa a un ciclista que entrena en el interior de un hogar. Si algo aumenta escandalosamente los decibelios es una cubierta de BTT con tacos. Así pues, si quieres un rodillo para instalarlo en una BTT y el ruido te preocupa, necesitarás o bien instalar uno de tipo direct drive con el que tendrás que quitar la rueda trasera, o bien si no tienes presupuesto para uno de transmisión directa, cambiarle la cubierta por una sin tacos o usar otra rueda que tengas con una cubierta lisa.
En el caso de querer usar una bicicleta con cubiertas lisas (carretera, triatlón, paseo, etc), sin duda, un direct drive será más silencioso a pesar que los otros dos tipos de rodillo han conseguido reducir significativamente el ruido y vibraciones de los primeros que se vendían.
Tipo de actividad
Si quieres usar el rodillo para divertirte y para realizar un poco de deporte, muy probablemente la conexión a las plataformas de entretenimiento sean un punto importante a tener en cuenta. En este caso, da igual cual de ellos escojas, pues el tipo de rodillo no es lo importante, sino que tus sensores se comuniquen con la plataforma a través de ANT+ o BT. Como hemos visto anteriormente, con un rodillo direct drive tienes medidor de potencia y sensores de cadencia y velocidad incluidos, pero si tu presupuesto es más ajustado, cualquier otro rodillo te servirá mientras dispongas de estos sensores por separado y los puedas conectar a la tableta u ordenador (como mínimo se requiere el de velocidad).
Si eres de los que necesitas el rodillo para realizar entrenamientos específicos y para aprovechar al máximo tu poco tiempo disponible, la interacción con las plataformas de entretenimiento no serán tan importantes para ti. Con un entrenamiento concreto a realizar e intentando centrar tus esfuerzos para completarlo, lo más adecuado en tu caso será un rodillo de transmisión directa: tiene todos los sensores que necesitas y además es el que mejor emula la inercia de la carretera y el que permite un trabajo muscular más parecido al real. Descartando por completo el rodillo de rulos, el rodillo de resistencia ofrece un rodar sin inercia que obliga al ciclista a pedalear con una técnica un poco distinta.
Frecuencia de uso
Directamente relacionado con el punto anterior, también se debe tener en cuenta la frecuencia de uso. Habitualmente los ciclistas que priorizan los entrenamientos específicos, suelen entrenar más o se saltan menos sesiones. Por eso, cuanto más entrenes, más calidad de producto deberías escoger.
Ten en cuenta que dentro de cada tipo de rodillo, hay siempre una gama baja, media y alta. La construcción y los materiales empleados en la fabricación, no tan solo las características que incluyen, definen también un rodillo y su durabilidad. Así pues, si pretendes usar muy a menudo el rodillo, asegúrate que el presupuesto se ajuste a la calidad que necesitas y así luego no deberás invertir en otro rodillo.
Otros puntos a considerar
En este cajón de sastre incluimos diferentes ítems a tener en cuenta, como por ejemplo, el tipo de eje que tiene la bicicleta: en algunas bicicletas, el eje trasero que une la bicicleta con el rodillo lleva una rosca que se inserta en una hembra integrada en el cuadro que, una vez instalado, no se ve la salida del eje por el otro lado (suele llevar una pegatina para una mejor estética). Así que, para instalarlo en un rodillo de resistencia, falta uno de los dos puntos de sujeción. Para solucionarlo, deberás comprar un eje convencional con los dos extremos que sobresalgan para sustituir el original (añádelo al presupuesto). Con un rodillo de transmisión directa o uno de rulos podrás usar el mismo eje de la bicicleta.
Si quieres comprar uno de resistencia, ten en cuenta también las dimensiones de tu rueda trasera y la anchura de eje trasero que tiene tu bicicleta. Todavía algunos rodillos no son compatibles con ruedas de 29” (BTT) ni tampoco con ejes anchos (BTT y carretera con disco).
También hay que pensar en el desgaste de la cubierta: con uno de transmisión directa no existe desgaste (no se usa la rueda), pero con los de resistencia y los de rulos sí. Añade el desgaste de la cubierta a tu presupuesto también.
Para usar un rodillo de transmisión directa deberás instalar un cassette en el núcleo que trae el rodillo. En la mayoría de casos, este cassette no está incluido y deberás, o bien instalar alguno que tengas en algún cajón de casa, o bien comprar uno nuevo para poderlo usar. Añádelo a tu presupuesto.
Un rodillo de rulos, ocupa muy poco espacio cuando está plegado, pero los de resistencia y los de transmisión directa son más aparatosos y pesados: ¿tienes espacio para dejar la bicicleta con el rodillo montado? Piensa que también en la alfombra que ocupa un poco más que el conjunto bicicleta-rodillo. Añádela al presupuesto y considera si tienes el espacio suficiente o tendrás que montar y desmontar cada vez que lo uses.
Conclusión final
Es evidente que si tienes presupuesto para comprarte un rodillo de transmisión directa y espacio suficiente para dejarlo montado, te va a ser muy fácil escoger el tipo de rodillo. El modelo concreto ya no tanto. El rodillo de transmisión directa es la opción más cara pero que tiene casi todas las ventajas y características que esperamos de un rodillo de entrenamiento: sensores, realismo, conectividad, estética, silencioso, rápido de instalar, sirve para todos los entrenamientos, etc. A día de hoy, no se puede pedir más.
El dilema vendrá cuando no dispongas del presupuesto suficiente. En este punto deberás considerar todas las opciones anteriormente explicadas y tomar una decisión lo más ajustada a tus preferencias.
